martes, 29 de enero de 2019

TEMA 11: EL SEXENIO REVOLUCIONARIO


LA REVOLUCIÓN DE SEPTIEMBRE


        La situación política durante los últimos años del reinado de Isabel II se habían vuelto insostenibles cuando el monopolio del poder por parte de los moderados, en connivencia con la reina, dejaba al resto de fuerzas políticas, progresistas y demócrata sin opciones de gobierno por lo que la vía insurrecional contra el régimen se perfilaba cada vez con mayor claridad como la única posibilidad de llegar al poder. Por este motivo, las fuerzas progresistas y deócratas, una facción a la izquierda de los progresistas, habían firmado en 1866 el Pacto de Ostende (Bélgica) por el que se comprometían a unirse para derrocar la monarquía de Isabel II. Al año siguiente, en enero de 1868, una vez fallecido O´Donell, la Unido Liberal se unió a dicho pacto.
Imagen relacionada          La conspiración fue preparada por el general Prim desde el exilio en colaboración con el general Serrano y el almirante Topete y tuvo su origen en Cádiz. en septiembre de 1868 cuando se lanzó un manifiesto en el que se apelaba al fin del régimen con la frase final "¿Viva España con honra!". El día 28 del mismo mes de septiembre, las fuerzas rebeldes, al mando de Serrano, vencen de manera definitiva a las tropas gubernamentales y la reina, que se encontraba en San Sebastián se ve obligada a abdicar y marcharse al exilio a París.
           De manera paralela a la insurrección militar se dio otra de tipo popular al surgir en multitud de ciudades españolas Juntas Revolucionarias, apoyadas por demócratas y republicanos, que pedían la implatación inmediata de medidas revolucionarias tales como el sufragio universal masculino, la abolición de los impuestos aplicados sobre productos de primera necesidad  (consumos) y de las quintas por las que los jóvenes eran movilizados al servicio militar obligatorio.
        Tras la abdicación de la reina se creó una Junta Superior Revolucionaria que se hizo cargo del gobierno.
           La revolución de 1868 fue rápidamente conocida con el nombre popular de "la Gloriosa".
          Sin embargo, estos movimientos democráticos y populares fueron rápidamente excluidos del nuevo régimen de manera que pronto se hizo evidente que con el cambio de régimen no se buscaba un mayor reparto de los derechos políticos o unas políticas que buscasen el beneficio de las clases más favorecidas, sino que, más bien al contrario, buscaban el afianzamiento en el poder de una clase burguesa y de un sistema capitalista sin los obstáculos que habían puesto las políticas moderadas durante el reinado de Isabel II.

EL GOBIERNO PROVISIONAL

          El 3 de octubre el general Serrano recibía el mandato de las Junta Revolucionaria de formar gobierno. Éste quedó constituido el día 8 tras la llegada del general Prim.  Este primer gobierno, liderado por Serrano, integraba ministros progresistas y unionistas entre los que destacaban Prim o Sagasta. 
        Una de las primeras medidas del nuevo gobierno fue la disolución de las Juntas Revolucionarias, controladas por los demócratas, a la par que las reivindicaciones más radicales eran abandonadas por otras que se limitaban a la petición de libertades civiles y políticas, secularización del estado, libertad económica, reforma de la Hacienda y rechazo de los Borbones. El gobierno provisional, mientras tanto, hacía continuos llamamientos al orden y al respeto por la propiedad.
        Las primeras medidas del gobierno provisional estaban encaminadas a controlar la revolución pues ésta se consideraba terminada una vez que la reina había abdicado. Entre estas medidas destacaron:
      - supresión de las juntas revolucionarias, controladas por los demócratas.
      - reorganización de la Milicia Nacional que pasaba a estar controlada por el gobierno a la par que se desarmaba a su milicia urbana surgida durante la revolución, conocida como "Voluntarios de la Libertad".
       - restitución de la disciplina militar con el fin de evitar posibles sublevaciones radicales.
 no obstante, con la finalidad de contar con el respaldo de las clases populares, se cedió en la concesión de algunas de sus demandas tales como:
      - supresión del impuesto de consumos que fue sustituido por un impuesto personal porporcional a la renta de cada contribuyente.
      -  emancipación de los hijos de esclavos nacidos tras la revolución.
     -  Decreto de libertad de enseñanza y reforma de la educación secundaria.
    -    Decreto de libertad de imprenta.
   
       Otras medidas tomadas por el nuevo gobierno tuvieron un fuerte cariz económico protagonizado por el ministro de Hacienda Laureano Figuerola en un intento de  salir de la crisis. Entre estas medidas cabe destacar la creación de una nueva moneda, la peseta, y la introducción de un arancel librecambista.
       Las elecciones municipales convocadas en diciembre y celebradas por sufragio universal (masculino para mayores de 25 años) dieron la victoria en un total de 20 capitales de provincias a los republicanos. también fue notable la presencia de republicanos en las nuevas Cortes constituyentes, elegidas también por sufragio universal en enero de 1869, si bien la mayoría de diputados fueron de los partidos progresistas y unionistas. Carlistas y moderados obtuvieron una representación muy baja en unas Cortes a las que se oponían.
     
LA CONSTITUCIÓN DE 1869

      La principal labor de las Cortes fue decidir sobre el modelo del futuro estado. Mientras que progresistas y unionistas se mostraban a favor de la monarquía, si bien prescindiendo de la dinastía borbónica, demócratas y republicanas se decantaban por la república. La mayoría de progresistas y unionistas en las Cortes declinaron la balanza en favor de la vía monárquica.
       Las Cortes constituyeron se abrieron en febrero de 1869 y el 6 de junio del mismo año fue aprobada la nueva constitución.
   Inspirada en la constitución belga de 1831 establecía la monarquía democrática como forma de Estado a la par que declaraba la soberanía popular. Refrendaba la separación de garantizaba el ejercicio de las libertades y derechos individuales (libertad de reunión, expresión asociacion, enseñanza, ...). Se establecía igualmente la libertad de culto si bien el estado se comprometía al mantenimiento del culto y clero católico.
    Las Cortes eran bicamerales (Congreso y senado) elegidas por sufragio universal masculino.Sin embargo para ocupar el cargo de senador se establecían condiciones más restrictivas: hombres mayores de 40 años, con rentas elevadas y "altas personalidades" del Estado. Las cortes se reservaban el poder legislativo de manera que la función del rey se limitaba a sancionarlas y publicarlas. Para la corona se reservaba el poder ejecutivo y mantenía la potestad de disolver las Cortes.
       La nueva constitución contó con un fuerte rechazo tanto de los católicos que se oponían a las libertad de cultos como de los republicanos que rechazaban la monarquía.
        La continuidad de la monarquía como sistema político obligaba a buscar una nueva dinastía entre las familias reales española, a excepción de los Borbones. Así mismo, mientras no se eligiera un nuevo rey se estableció una regencia.

LA REGENCIA DE SERRANO (junio de 1869-diciembre de 1870)

El general Francisco Serrano fue elegido regente mientras que Prim ocupó la presidencia del gobierno.
Imagen relacionadaEl nuevo gobierno tuvo que hacer frente a diversos problemas tanto internos como externos:
- Una guerra colonial en Cuba, última colonia española junto a Puerto Rico en América,  que se había iniciado en 1868.
- la oposición activa tanto de los carlistas como de los partidarios de reinstaurar la dinastía borbónica en la persona del hijo  de Isabel II, el príncipe Alfonso, llamados alfonsinos.
- el descontento de las clases populares al no ver cubiertas sus demandas sociales. así, por ejemplo, no se había suprimido las quintas y el impuesto de consumos había sido sustituido por otro.
- La firma del "Pacto de Tortosa" en mayo de 1869 entre fuerzas republicanas que reclamaban una república federal y una extensa autonomía para municipios y provincias. Este movimiento republicano estalló en forma de sublevaciones republicanas a favor del federalismo en octubre de 1869. este movimiento unió tanto a sectores burgueses como a miembros del incipiente movimiento obrero. Tuvo especial importancia en Cataluña, valencia, Aragón y Andalucía.
- El fenómeno del bandolerismo se recrudeció en Andalucía siendo duramente reprimido, lo que provocó duros debates en el parlamento.

Por otro lado, además de los problemas que iban surgiendo, se planteaba uno de especial calado por sus implicaciones internacionales: la búsqueda de un nuevo rey y una nueva dinastía. tras barajar diversos candidatos, Prim se decantó por Amadeo de Saboya, hijo del primer  rey de Italia Víctor Manuel II , cuyo talante liberal lo convertía en un candidato idóneo al idóneo español.

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Caricatura de la revista satírica "la Flaca" en la que los generales Prim y Serrano aparecen subastando el trono de España. (la mujer que levanta a un niño es Isabel II y su hijo, el príncipe Alfonso, futuro Alfonso XII)

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Otra caricatura de la misma revista satírica sobre la búsqueda de un nuevo rey. Se pueden observar distintos candidatos que
leen la "oferta de empleo": Isabel II y su hijo, el duque de Montpensier (cuñado de Isabel II) y el candidato carlista.

El 3 de noviembre de 1870 Prim presentó al candidato, Amadeo, quien ganó por mayoría en las Cortes frente a los otros candidatos, el duque de Montpensier y Espartero. Los republicanos votaron en contra de todas las candidaturas.

EL REINADO DE AMADEO I DE SABOYA (diciembre de 1870-febrero de 1873)
El nuevo rey.Amadeo I, había sido la apuesta personal del general Prim para evitar la proclamación de la República. Sin embargo, el mismo día en el que el rey desembarcaba en el puerto de Cartagena procedente de Italia,el 30 de diciembre de 1870, moría el general Prim tres días después de haber sufrido un atentado. El nuevo rey llegaba al nuevo trono de un país desconocido sin el principal apoyo con el que habría contado.

Amadeo I visitando la capilla ardiente de Prim (obra de Antonio Gisbert)

     Amadeo I entró en Madrid el 2 de enero donde juró la constitución para convertirse en el primer rey democrático de España.
    Pronto, el nuevo rey se vio menospreciado tanto por los altos cargos militares como por la aristocracia que le veía como un advenedizo y un extranjero. Incluso entre los partidos que apoyaban al nuevo rey hubo tensiones siendo la más grave entre los progresistas constitucionalistas que apoyaban a Sagasta y que apoyaron a los unionistas de Serrano; y los radicales seguidores de Ruiz Zorrilla.
      La crisis política se vio acrecentada tanto por la continuidad de la guerra de Cuba como por una nueva insurreción carlista que dio lugar a la tercera guerra carlista (1872-1876) iniciada cuando el autoproclamado Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro, entró en España por Navarra para reclamar sus derechos dinásticos. La persistencia del carlismo a lo largo del siglo se explicaba tanto por la oposición de los campesinos a las nuevas formas capitalistas que se iban imponiendo en la agricultura, como la resistencia de los antiguos territorios forales al centralismo liberal y la resistencia de la religiosidad tradicional a la secularización iniciada por los gobiernos liberales progresistas. No obstante las revueltas iniciadas en el maestrazgo, Barcelona, Valencia, Gerona y las provincias vascas terminaron fracasando. Sin embargo, el conflicto continuó agravándose en 1873 cuando don carlos volvió a entrar en España y los carlistas ocuparon las provincias vascas, navarra y parte de Aragón, Valencia y Castilla la Nueva. Los carlistas llegaron a crear un estado alternativo en las provincias vascas y navarra que llegó a legislar en cuestiones de enseñanza, orden público, economía y levas de soldados. Si embargo, este control carlista del territorio no llegó a materializarse de manera efectiva siendo finalmente desmontado ya una vez terminado el sexenio revolucionario, con la centralización de 1876. Los restos del sistema foral vasco fueron suprimidos y el fuerismo dio paso a una nueva ideología nacionalista de base étnica, católica y xenófoba.
     La inestabilidad política era cada vez mayor como demostraba la sucesión de seis gabinetes ministeriales y tres elecciones a Cortes en dos años. Eran más los que se oponían a Amadeo I que los que lo apoyaban:
- por la derecha, los carlistas y los alfonsinos, estos últimos partidarios de la restauración de la dinastía borbónica con el hijo de Isabel II, el príncipe Alfonso. La propia Iglesia católica se mostraba reacia al nuevo rey pues consideraban a su padre, artífice de la unificación italiana, enemigo de la Santa Sede.
- por la izquierda a los republicanos se sumaba un movimiento obrero emergente de manera que la clase obrera se alejaba cada vez más del régimen liberal y apostaba por una revolución que llevase a la nueva clase al poder frente a la burguesía. Tanto el marxismo como el anarquismo contaban cada vez con mayores seguidores entre las clases más humildes, siendo la primera ideología mayoritaria en los núcleos industriales mientras que la segunda se extendía principalmente entre las clases campesinas más pobres , principalmente los jornaleros sin tierras.
Todos estos problemas hicieron que Amadeo I se sintiera cada vez menos respaldado y el peso de la corona fuera cada vez mayor. Fue finalmente un enfrentamiento con el ejército cuando fue nombrado capitán general de las Vascongadas un militar al que acusaban de haber sido responsable de la represión de la sublevación del cuartel de san Gil en 1866. Ello suponía un enfrentamiento entre el ejército y las Cortes y el gobierno que deseaban reafirmar el poder civil sobre el militar.El Gobierno y el Congreso apoyaron una ley por la que se reformaba el arma de artillería. Amadeo I, contrario a tal medida, la firmó  y el 10 de febrero de 1873 presentó su abdicación a la Corona. El 11 de febrero de 1873 el Senado y las Cortes, en sesión conjunta como Asamblea Nacional, proclamaron la república.

LA PRIMERA REPÚBLICA (febrero de 1873-enero de 1874)


    Si bien el fracaso de la monarquía de Amadeo I daba paso a la aprobación de la república, había serias divisiones entre los que defendían una república unitaria y centralizada (radicales) y los partidarios de una república federal con una amplia autonomía de las diferentes regiones (federalistas).
   El nuevo régimen político se estrenaba teniendo que hacer frente a dos guerras: la carlista y la de Cuba; mientras que las movilizaciones de obreros en  Cataluña y de campesinos en Andalucía se acentuaban en favor de una revolución social a la que se oponía la burguesía que exigía que el nuevo régimen garantizase el orden social y la propiedad privada.
 La Asamblea Nacional eligió a Estanislao Figueras como primer presidente de gobierno integrado por radicales y figuras destacadas del republicanismo (Pi i Margall, Salmerón y Castelar).
    Antes de su disolución en marzo de 1873 la Asamblea Nacional aprobó el decreto de abolición de la esclavitud en Puerto Rico y suprimieron las quintas, un reclamación popular que nunca se había visto satisfecha. esta última medida se presentaba especialmente compleja dada las guerras, carlista y cubana, a las que tenía que hacer frente el nuevo gobierno.
        Respecto a la constitución se decidió mantener la de 1869 suprimiendo los artículos referentes a la monarquía.
         Se convocaron elecciones a cortes constituyentes para mayo de 1873. Los radicales, temiendo una victoria de los federalistas prepararon un golpe en abril que fracasó provocando la ruptura entre las dos corrientes del republicanismo. Finalmente las elecciones se celebraron el 10 de mayo con una elevadísima abstención y la victoria de los federalistas por lo que en junio se proclamó la República federal. El enfrentamiento no sólo se daba entre radicales y federalistas sino también en el entre los propios federalistas pues mientras que unos defendía que debía aprobarse una nueva constitución que estableciese las bases del nuevo régimen, otros, los "intransigentes" deseaban la proclamación inmediata de la república federal "de abajo a arriba" a través de la formación de cantones.

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    Figueras fue sustituido por Francisco Pii Margall al frente de un gobierno que, además de los enfrentamientos políticos y de las revueltas sociales, tenía que hacer frente a dos guerras con unejército indisciplinado cuya oficialidad no eran afín al nuevo régimen republicano.
   En julio la situación se vio agravada con una huelga genera que se transformó en una insurrección obrera en Alcoy que fue duramente reprimida. A su vez, a lo largo del país se fueron creando cantones que llevaban el federalismo hasta sus últimas consecuencias: democracia directa, autonomía de municipios y diputaciones,  reparto de tierras y anticlericalismo. El primer cantón end eclararse fue el de Cartagena el 12 de julio, al que siguieron el resto.
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           Pii i Margall decidió no reprimir el movimiento cantonal provocando una crisis de gobierno que se salvó con su dimisión, siendo sustituido por Nicolás Salmerón. El nuevo gobierno consiguió reprimir y acabar con el movimiento cantonal en Valencia gracias al general Martínez Campos y en Andalucía gracias al general Pavía. Tan sólo el cantón de Cartagena logró sobrevivir hasta enero de 1874 cuando fue definitivamente disuelto.
           El 6 de septiembre dimitía Nicolás Salmerón siendo sustituido por Emilio Castelar que se convertía en el cuarto presidente de la república en menos de un año. Castelar había sido el autor del nuevo proyecto de constitución que no se habría de aprobar y que establecía la república federal integrada por 17 estados federados. Sin embargo, Castelar era centralista por lo que se decidió acabar con el movimiento cantonal así como con las guerras carlista y cubana a la par que el proyecto constitucional quedaba relegado al olvido. El reforzamiento del ejército con la finalidad de restaurar el orden, fue interpretado por las fuerzas más radicales como un intento por parte de Castelar  por lo que obligaron a Castelar a dimitir, Durante la madrugada del 2 al 3 de enero de 1874, mientras el Congreso se reunía para elegir al nuevo gobierno, el general Pavía rodeo con sus tropas del ejército y la Guardia Civil  el Congreso. La toma del Congreso por la fuerza y la huida de los diputados supuso el fin de la I República.
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Caricatura que muestra al general Pavía , cuyo golpe de Estado ponía fin a la I República.
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los cuatro presidentes de la Iª República
LA DICTADURA DE SERRANO

      El nuevo gobierno, surgido tras el golpe de estado de Pavía establecía un gobierno con el general Serrano al frente que, al menos en apariencia, mantenía la República como forma de gobierno. En teoría el golpe había estado dirigido no contra la República sino contra los federalistas y cantonalistas, a los que acusaban de haber alterado el orden público.
      Sin embargo, la realidad era que se inició una etapa dominada por poder autoritario de Serrano por que a esta etapa se le conoce con el nombre de la república unitaria o la dictadura del general Serrano. Aunque oficialmente reconocía la Constitución de 1869 en la práctica esta quedaba en suspenso asumiendo serrano la presidencia de la república y el poder ejecutivo . El nuevo régimen buscó la alianza de los liberales (constitucionalistas y radicales) mientras combatió a los federalistas y al movimiento obrero emergente.
      La dictadura de Serrano acabó con los restos de cantonalismo que aún resistían, como el cantón de Cartagena, así como con la guerra carlista.
      La sensación de solución provisional era cada vez mayor aumentando el grupo, en torno a la figura de Cánovas del Castillo, que deseaban el regreso de la dinastía borbónica en la figura del hijo de Isabel II, el príncipe Alfonso.
        El 29 de diciembre de 1874 el general Martínez Campos hizo un pronunciamiento militar en Sagunto donde proclamaba a Alfonso XII como rey de España. Este golpe de Estado fue ampliamente aplaudido por la mayor parte de la población, decepcionada tras la breve experiencia republicana, lo que obligó al general Serrano a dimitir y marchar al exilio. El 31 de diciembre se constituía el ministerio-regencia presidido por el líder de los "alfonsinos", Antonio Cánovas del Castillo.
           El 14 de enero de 1875 la monarquía borbónica era restaurada tras la entrada apoteósica de Alfonso XII en Madrid.
         Las diferencias entre los propios republicanos, las guerras (carlista y cubana), el incremento de los movimientos sociales  y el giro radical que había tomado la república durante la revuelta cantonal, habían provocado el descontento entre un sector amplio de la burguesía que aún habiendo apoyado la República, pronto se desencantaron y apoyaron el retorno del sistema monárquico que garantizase el orden social.
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caricatura que resume los distintos episodios políticos del "Sexenio democrático"
         Os dejo el power point visto en clase para que podáis repasar:



miércoles, 23 de enero de 2019

TEMA 10: TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DEL SIGLO XIX: LAS DESAMORTIZACIONES

TEMA 8: TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DEL SIGLO XIX: LAS DESAMORTIZACIONES


     El reinado de Isabel II coincidió en el tiempo con la expansión de las revoluciones económicas (agrícola, industrial y de los transportes) que se habían iniciado en Inglaterra durante el último cuarto del siglo XVIII.   Estas transformaciones suponían un cambio fundamental en la economía española al implantarse unas relaciones de producción plenamente capitalistas que obligaban a hacer desaparecer las limitaciones que el Antiguo Régimen al desarrollo del libre mercado y de la propiedad privada. 
   La burguesía será la gran beneficiada de dicha transformación y utilizará su poder a través de los diferentes gobiernos, sobre todo los de carácter progresistas, para desarrollar una serie de medidas legales que consagraran la libertad de propiedad, de explotación, de comercio y un nuevo régimen fiscal que acabase con los privilegios estamentales del Antiguo Régimen.
    La economía española se basaba, en gran medida, en la agricultura que ocupaba a la mayor parte de la población y suponía más de la mitad de la renta nacional. Debía se, por lo tanto, la agricultura el motor a partir del cual se desarrollasen el resto de los sectores económicos.
    El primer paso para lograr dicho desarrollo suponía poner fin a las tierras conocidas como "manos muertas", esto es aquellas propiedades que iban vinculadas a un título nobiliario (mayorazgo) o a una institución (Iglesia o comunidades religiosas). La ley de 30 de agosto de 1836 desvinculó los mayorazgos lo que permitía a sus dueños a hacer un uso libre de dichas tierras. 
    El siguiente paso  consistió en establecer la libertad de propiedad de la tierra para lo cual la ley de 26 de agosto de 1837 establecía la desaparición de los señoríos. Ello suponía que dichas tierras se convertían en simples propiedades privadas y sus dueños, nobleza y Clero fundamentalmente, dejaban de disfrutar de los derechos jurisdiccionales y reales que hasta ese momento habían estado vinculados a dichas propiedades.Sin embargo, esta medida benefició a la nobleza que se convirtieron en grandes propietarios agrícolas pues la ley permitió que el señor se convirtiese en dueño incluso de bienes propios y comunales pertenecientes a los pueblos siempre y cuando los campesinos o municipios no pudieran acreditar que la propiedad era suya. El pequeño campesinado fue el mayor perjudicado pues ahora pasaban a convertirse, en el mejor de los casos en simples jornaleros al servicio del terrateniente. Esta ley motivó que gran parte de la nobleza apoyase a Isabel II.
     La desaparición de las propiedades vinculadas suponía, en el caso de la Iglesia y los pueblos, la apropiación de dichas tierras por parte del Estado que las considerabas bienes nacionales lo que permitía su puesta en venta a través de subasta pública. Este proceso recibe el nombre genérico de desamortización.  Aunque la legislación desamortizadora se remontaba al reinado de Carlos III, es durante el reinado de Isabel II cuando se va a desarrollar de manera especialmente importante pudiéndose diferenciar tres fases:
 Desamortización de  Mendizábal (1836):  Se aplicó a los bienes del clero regular (órdenes monacales). La venta de estos bienes nacionalizados se hizo rápidamente a través de la creación de lotes de tierras que fueron adquiridos en su mayor parte por los aristócratas y burgueses ante la incapacidad económica de los pequeños propietarios de poder hacerse con dichas propiedades. Estas subastas supusieron un ingreso al Estado que se calcula en unos 1.700 millones de reales, fundamental para amortizar la deuda que había crecido como consecuencia de la guerra contra los carlistas. Sin embargo, ésta sólo benefició a las clases económicas más ricas y no permitió la aparición de una clase medía agrícola.
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Fuente: http://segundobachillerato.weebly.com/6-la-conflictiva-construccioacuten-del-estado-liberal-1833-1874-estaacutendares-de-aprendizaje.html

Desamortización de Espartero (1841): En esta ocasión afectó a las propiedades del clero secular que se sumaban a las ya desamortizadas del clero regular. Ello supuso para la Iglesia la pérdida entre 1836 y 18444 de tres quintas partes de los bienes que poseía al fallecer Fernando VII.
Desamortización civil de Madoz  (1855): Esta nueva política desamortizadora afectó a los bienes raíces que no pertenecían a individuos privados. Municipios y entidades del estado como las universidades fueron las principales afectadas en esta ocasión. Se calcula que se vendieron bienes por un valor de 4.150 millones  de reales y que, para 1867, se habían vendido tres cuartas partes de los bienes nacionales.
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Fuente: http://segundobachillerato.weebly.com/6-la-conflictiva-construccioacuten-del-estado-liberal-1833-1874-estaacutendares-de-aprendizaje.html
    La importancia dada a las desamortizaciones ha variado a lo largo del tiempo. De ser consideradas "el gran fenómeno del siglo XIX" hoy en día se considera que su impacto fue relativo pues no alteró en esencia la gran propiedad agrícola y tan sólo afectó a una pequeña parte de las tierras. Otras interpretaciones, más consevadoras, las han considerado como un "inmenso latrocinio" de los bienes de la Iglesia que sólo benefició a la aristocracia y a la alta burguesía. 
   Las desamortizaciones  consolidaron la estructura de la propiedad existente sin modificarla de forma fundamental y tan sólo supuso un cambio en la naturaleza de las manos en quien recaían las propiedades pasando de manos eclesiásticas y municipales a manos laicas y civiles.
   Sobre el impacto que dichas desamortizaciones pudieron tener sobre la modernización de la agricultura las opiniones de los historiadores también son contradictorias; pues mientras algunos consideran  que estimuló el crecimiento cerealístico en la Meseta y de la vid en el litoral, otros consideran que el traspaso en la propiedad agrícola no impulsó una supuesta capitalización de la agricultura. 
     Lo cierto es que la agricultura siguió manteniendo su estructura dual  por la que convivían sin integrarse un sector agrario tradicional, mayoritario, típico del Antiguo Régimen y un sector moderno, minoritario, con rasgos capitalistas. El trigo era el principal sector de la agricultura tradicional que se caracterizaba por una producción baja y escasa comercialización. El aumento de la superficie de tierra dedicada a este cultivo se explica sólo en parte por las desamortizaciones, pues también contribuyeron a ello las políticas proteccionistas de los diferentes gobiernos isabelinos como los cambios en la explotación de la tierra.
      El sector más moderno de la agricultura estaba integrado por cultivos destinados a la comercialización exterior como las naranjas, vid y olivos. 
      En conclusión podemos decir que la política desamortizadora tuvo una importancia más desde el punto de vista político que económico al conseguir el apoyo de la aristocracia a la causa isabelina a la par que enriquecía a la burguesía que ahora ostentaba el poder. Sin embargo, no sólo no supuso un reparto más justo de la propiedad agraria, que seguía concentrada en manos de unos pocos individuos especialmente en el sur de España, sino que el pequeño campesinado se vio perjudicado al perder en muchas ocasiones las tierras que tradicionalmente habían trabajado convirtiéndose en jornaleros o bien marchando a las ciudades en busca de un nuevo empleo.Tampoco, en términos económicos, supuso la modernización de la agricultura que sirviera de motor de desarrollo económico. Por último, el abandono de multitud de conventos y monasterios supuso la expoliación en demasiadas ocasiones del patrimonio artístico que habían atesorado a lo largo de siglos, siendo hoy día, prácticamente imposible saber el auténtico alcance que tuvo la pérdida de obras de arte que fueron a parar a museos y manos privadas.
Os dejo un par de vídeos que resumen las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz:



jueves, 10 de enero de 2019

TEMA 9: EL REINADO DE ISABEL II



TEMA 7:EL REINADO DE ISABEL II (1833-1867)


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La muerte de Fernando VII supuso la llegada al trono de su hija Isabel II con el apoyo de los liberales, denominados isabelinos, y la oposición de los absolutistas, denominados carlistas por apoyar a Carlos María Isidro, el hermano de Fernando VII como pretendiente al trono.



LAS REGENCIAS(1833-1843)

LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA (1833-1840):

    Isabel II accedió al trono con tan solo dos años lo que hacía necesaria una regencia. La primera regente fue la madre de la reina, María Cristina de Borbón, quien se apoyó en los liberales frente a los carlistas.
  Los liberales se fueron dividiendo a lo largo de este periodo en dos facciones claramente diferenciadas:
- los liberales moderados: eran partidarios de reformar el estado hacia una democracia liberal pero en la que la monarquía aglutinase grandes poderes mientras que el sufragio fuese censitario restringiendo la participación política a las clases más acomodadas.
- los liberales progresistas: eran partidarios de medidas liberales de mayor calado así como de una profunda reforma social y política.

El Régimen del Estatuto Real (1834-1835):    Durante los primeros meses de gobierno la regente María Cristina nombró un gabinete de ministros dirigido por Cea Bermúdez que evidenciaba su deseo de mantener un régimen absolutista en el deseo de ganar para la causa isabelina a los partidarios de Carlos María Isidro. Tan sólo en el ministerio de Fomento, el ministro Javier de Burgos llevó a cabo una división provincial que, en esencia, se ha mantenido hasta la actualidad con pocas modificaciones creando un total de 49 provincias y 15 regiones.
    Sin embargo, los absolutistas consideraban inaceptables cualquier concesión reformista por pequeña que fuera y apoyaron a Carlos María Isidro como el único heredero legítimo al  trono en virtud de la Ley Sálica. Comenzaba así la Primera Guerra Carlista que obligaba a la regente a dar un giro en sus apoyos políticos y en enero de 1823 nombró un nuevo gobierno, en este caso integrado por liberales que se habían exiliado en 1823, presididos por Martínez de la Rosa. 
     El nuevo gobierno ideó un sistema político que permitiera la introducción de ciertas medidas liberales moderadas. El primer paso fue la aprobación del Estatuto Real de 1834, una carta otorgada que seguía otorgando la soberanía a la Corona si bien la depositaba en las Cortes la cual sólo podían legislar a propuesta del monarca. Se establecieron unas Cortes bicamerales (Estamento de Próceres y Estamento de Procuradores) elegidas por un sufragio tan censitario que de una población de 12 millones de habitantes, tan sólo unos 16.000 tenían derecho a voto.
       El nuevo régimen no satisfacía a casi nadie, a los absolutistas por considerarlo demasiado liberal y a los liberales doceañistas que deseaban mayores libertades y participación ciudadana en consonancia con el espíritu de la Constitución de 1812. A este clima de descontento se sumaron hechos como una epidemia de cólera a la que siguió una matanza de fraile en julio de 1834 a los que acusaron de provocarla envenenando las aguas.

Los gobiernos progresistas entre 1835 y 1837:  El gobierno de Martínez de la Rosa fue sustituido en julio de 1835 por el Conde de Toreno quien inició una política anticlerical al disolver los conventos con menos de 12 religiosos y la Compañía de Jesús. Poco después el gobierno decretó la exclaustración de todos los frailes. Estos acontecimientos provocaron la ruptura de relaciones con la Santa Sede a la par que una gran parte del clero abrazaba con entusiasmo la causa carlista.
Mientras tanto, se reorganizó por parte de los ayuntamientos una Milicia Nacional de ideología progresista que organizó revueltas en distintas ciudades del país como Barcelona, Valencia o Cádiz.
        Esta situación provocó que la Regente nombrara al liberal progresista  Juan Älvarez Mendizábal presidente del gobierno.Entre sus medidas más destacadas están:
- La reorganización de la Milicia Nacional.
- La desamortización de los Bienes del Clero regular (febrero de 1836) por la cual fueron nacionalizadas y vendidas en subastas públicas la propiedades rústicas y urbanas de la Iglesia. Con esta medida se pretendía sanear la Hacienda Pública a la par que crear una clase de pequeños propietarios que apoyasen la causa liberal a la vez que, se esperaba, sacara un mayor rendimiento económico de la explotación de una gran extensión de tierras que habían permanecido sin explotar en manos de los conventos y monasterios. El resultado fue el cierre de más de mil conventos y más de 30.000 religiosos exclaustrados si bien no se consiguió ni sanear la deuda pública ni crear una burguesía agrícola emprendedora a la manera de la existente en Gran Bretaña sino que, más bien al contrario, esta política benefició a la nobleza y grandes fortunas que vieron ampliar sus propiedades. Los más perjudicados, aparte de la Iglesia que se vio privada de su principal fuente de financiación, fueron los pequeños campesinos arrendatarios que, al no poder comprar las  tierras que trabajaban, se convirtieron en jornaleros viendo empeorar sus condiciones de vida. Por último, el abandono de cientos de conventos provocó la pérdida de una gran parte de su patrimonio artístico que termino destruido o perdido en manos privadas víctima del saqueo.

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Os dejo un vídeo sobre la desamortización de Mendizábal.



      Sin embargo, las desavenencias entre Mendizábal y la Regente provocaron la sustitución de aquel por un moderado al frente del gobierno,  Francisco Javier Istúriz, que estuvo al frente del ejecutivo tan sólo unos meses, entre mayo y agosto de 1836. La falta de apoyo del nuevo gobierno conservador en el Estamento de Procuradores y los motines progresistas provocaron que de nuevo, tras el Motín de los sargentos de La Granja el 12 de agosto, se restableciera la Constitución de 1812.
    De nuevo se configuró un gobierno progresista, en esta ocasión con José María Calatrava al frente y Mendizábal como ministro de Hacienda. La nuevas Cortes, ahora con mayoría progresista, restablecieron parte de la legislación de las Cortes de Cádiz t del Trienio Liberal encaminada a desmontar las instituciones que aún pervivían del Antiguo Régimen:
- Disolución del régimen señorial y el mayorazgo.
- Supresión de los derechos gremiales, con lo que se favorecía la libertad de industria y comercio.
- Libertad de imprenta (prensa).
- Los ayuntamientos pasaron a ser elegidos por Sufragio Universal Masculino, lo que significaba una ampliación de los derechos políticos entre la población.
- Se desarrolló la Ley de Desamortización de los bienes del Clero regular (julio de 1837)  iniciada durante el gobierno de Mendizábal y que había quedado en suspenso tras el breve periodo de gobierno conservador.
    Por último se convocaron unas Cortes constituyentes cuyo resultado fue la aprobación de la Constitución de 1837, de corte progresista si bien se mostraba más conservadora en algunos aspectos como el poder de la Corona en u intento de buscar el consenso entre progresistas y moderados. Así, aunque se reconocía el principio de la soberanía nacional ésta era compartida por las Cortes y la Corona para la que se reservaba el derecho a veto sobre las leyes y la potestad para disolver las Cortes.
El parlamento siguió siendo bicameral si bien pasó a denominarse por primera vez Congreso de los diputados y Senado. Además, como concesión a las posturas más conservadoras, se estableció el sufragio censitario de manera que sólo un 2% de la población tenía derechos políticos mientras que el Senado era elegido por el monarca a partir de una triple lista designada por provincia.
       Las elecciones de octubre de 1837, que dieron el triunfo a los moderados, inauguraba una práctica que habría de convertirse en habitual a lo largo del siglo XIX en España, el falseamiento de los resultados electorales.
El trienio moderado (1837-1840): la llegada de nuevo de los moderados al poder dio lugar al comienzo de otra característica de la política española a lo largo del siglo XIX: la intervención y participación en la vida política de militares de prestigio. Así, surgieron dos figuras enfrentadas políticamente entre sí a lo largo del reinado de Isabel II: el general Nárvaez (moderado) y el general Espartero (progresista).

General Narváez
Líder de los moderados
General Espartero
Líder de los progresistas














        

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Carlos Mría Isidro de Borbón
LA GUERRA CARLISTA:
 
   El 1 de octubre de 1833, 2 sías después de la muerte de Fernando VII, su hermano, Carlos María Isidro reclamaba sus derechos al trono de Portugal frente a los de su sobrina Isabel (Manifiesto de Abrantes). En distintos puntos de España hubo levantamientos a favor de don Carlos, pero, poco a poco, la guerra que se desataba no era solo una guerra dinástica sino un enfrentamiento entre los partidarios del Antiguo Régimen y los que querían convertir a España en un Estado liberal.
        Los carlistas eran partidarios del absolutismo monárquico, la defensa de la religión y de los fueros que se identificaban con el Antiguo Régimen; esta defensa foral arrastrará a las provincias vascas y a Navarra a la causa carlista. Desde el punto de vista social dentro del carlismo se encontraban miembros del ejército, la mayor parte del clero regular y del bajo clero secular, que acusaban al liberalismo de anticlerical y temían las políticas liberales contra sus intereses con la expropiación de sus bienes. Así mismo, una parte de la nobleza apoyaba también el Antiguo Régimen como garantía de sus privilegios y una parte del campesinado, consideraban que el liberalismo beneficiaba a los propietarios y empeoraban las condiciones de vida de los campesinos. Las zonas de mayor implantación carlista fueron: Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra, el Maestrazgo, el Pirineo catalán…
     En el bando isabelino (o cristino) la reina regente contó con el apoyo de parte de la nobleza, del funcionariado y altas jerarquías de la Iglesia, altos mandos del ejército, burguesía y profesiones liberales (abogados, médicos…) y clases populares urbanas.
    En resumen, el carlismo triunfó, sobre todo, en las zonas rurales, y especialmente en el norte, País Vasco y Navarra, al considerarse amenazadas por el liberalismo uniformista y centralizador, pero tuvo escaso arraigo entre las masas urbanas que rechazaban el absolutismo

El conflicto se desarrolló en varias etapas:
Tomás Zumalcárregui
- Primera fase (1833-1835): destacan los triunfos carlistas. El pretendiente don Carlos se estableció Zumalacárregui, el principal organizador del ejército carlista del Norte, muere en el cerco de El desarrollo de la primera guerra carlista. Bilbao, la única gran ciudad que estuvo a punto de caer en sus manos, ya que su dominio se basaba, sobre todo, en el medio rural. También hubo partidas carlistas en Cataluña, en la parte montañosa del norte, y en el Maestrazgo y el Bajo Aragón.
en Navarra (julio de 1834) con un gobierno alternativo al de la regente. La buena suerte de los carlistas se trunca en 1835 cuando el coronel carlista
- Segunda etapa (julio de 1835-octubre de 1837): se caracteriza por las grandes expediciones carlistas para enlazar y estimular las partidas dispersas por el país.  La expedición no logró consolidar el carlismo en ningún punto y terminó regresando hacia el norte. Al año siguiente, en 1837, tuvo lugar la “expedición real”, que partió de Navarra en mayo, bajo la dirección del propio pretendiente, llegando a las afueras del Madrid en septiembre. Sin embargo, la acción del general Espartero obligó al pretendiente a regresar al País Vasco. Los fracasos militares carlistas empezaban a escindir a los dirigentes carlistas conscientes de la imposibilidad de una victoria militar.
- Tercera fase (octubre de 1837-agosto de 1839): se caracteriza por el agotamiento de los contendientes, interesados en buscar la paz. La guerra carlista tocaba a su fin y el 29 de agosto de 1839 se firmaba el conocido como Convenio de Vergara  por el que los carlistas aceptaban el fin de la guerra a cambio de la promesa de respetar los fueros vascos, promesa que Espartero incumpliría.

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Con el conocido como abrazo de Vergara se ponía fin a la primera Guerra carlista (29 de agosto de 1839)
      Una vez finalizada la Primera Guerra carlista, el gobierno moderado deseaba aprobar una nueva ley para la elección de los ayuntamientos según la cual el nombramiento de los alcaldes recayese directamente en el gobierno. Los progresistas se oponían al defender la elección de dichos alcaldes directamente por los votantes. La ley terminó siendo aprobada por las Cortes y sancionada por la regente en medio de motines progresistas y la formación, una vez más, de juntas.
    El general Espartero, cuya reputación había crecido como consecuencia d ela victoria sobre los carlistas, fue nombrado presidente del gobierno por la regente. No obstante, ante la negativa de ésta de aceptar el programa de gobierno progresista dimitió marcándose al exilio lo que convirtió a Espartero en el nuevo regente en octubre de 1840.
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Fuente:http://segundobachillerato.weebly.com/6-la-conflictiva-construccioacuten-del-estado-liberal-1833-1874-estaacutendares-de-aprendizaje.html


LA REGENCIA DE ESPARTERO (1840-1843):

      Este periodo estuvo marcado por el carácter autoritario del general Espartero quien se apoyó en una camarilla de militares afines a él (los llamados ayacuchos que habían luchado junto a el en las colonias americanas) enfrentándose al sector mayoritario de las Cortes, en el que se había apoyado para hacerse con el poder. Este enfrentamiento entre liberales se intensificó cuando Espartero manifestó su deseo de ser regente único frente a la propuesta progresista de tres regentes. Gracias al apoyo de los moderados, Espartero consiguió en mayo de 1841 ser nombrado regente único.
       Sin embargo, la crisis que terminó acabando con la reputación del general Espartero fueron los sucesos de Barcelona cuando, a raíz de la noticia de la adopción de una política librecambista por parte del regente que abriría el comercio textil a la industria inglesa en perjuicio de la catalana, provocó un motín en otoño de 1842. Espartero respondió de una manera extremadamente violenta bombardeando Barcelona los días 3 y 4 de diciembre de 1842.
      A partir de ese momento , los movimientos conspirativos contra Espartero se multiplicaron aliándose los progresistas de las Cortes junto a los moderados. Finalmente una insurrección militar dirigida por Ramón María Narváez, que había regresado del exilio, puso fin a la regencia y el general Espartero, sin apoyos, tuvo que exiliarse a Londres.
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Os dejo el power point utilizado en clase:




 
EL REINADO DE ISABEL II: LA DÉCADA MODERADA (1844-1854):

      Tras la abdicación de Espartero las Cortes decidieron poner fin al sistema de regencia y declarar mayor de edad a Isabel II quien se convirtió en reina con tan sólo 13 años. Se inició entonces un periodo marcado por el apoyo de la reina a los liberales moderados que formaran gobiernos de manera consecutiva, hasta sumar 16, durante la siguiente década. Sin embargo, a pesar de los diferentes gobiernos, será la figura de Narvaez la que domine el panorama político del momento.
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Evolución de las corrientes políticas durante el reinado de Isabel II

   La nueva etapa política va a estar marcada por la aparición de nuevos partidos políticos si bien éstos eran aún muy diferentes a los actuales pues estaban marcados por un fuerte personalismo. Además, estos partidos apenen tenían contacto con la realidad social pues la mayor parte del pueblo, analfabeta, tenía vetada el acceso al sistema político y era mero espectador de las rencillas políticas entre los diferentes partidos. A ello hay que sumar la convocatoria de unas elecciones que se caracterizaron por su carácter fraudulento gracias a unas leyes electorales que daban mucho pdoer a los jefes políticos locales (posteriormente conocidos como caciques) que negociaban los resultados a cambio de favores estableciéndose una densa red clientelar.
  El primer gobierno estuvo presidido por González Bravo quien puso en vigor la ley de ayuntamientos de 1840, suprimió la Milicia Nacional y creó a Guardia Civil, un cuerpo policial que velaba sobre todo por el mantenimiento del orden en el medio rural.
          En septiembre de 1844 de nuevo Narváez presidía el gobierno y convocaba una  nueva Asamblea Constituyente encargada de definir un nuevo estado liberal moderado. Se aprobó así la Constitución de 1845, una constitución que sólo representaba los intereses de un sector político, el moderado, y no buscaba el consenso con las fuerzas políticas progresistas. La nueva Constitución establecía la soberanía compartida otorgando mayores atribuciones a la Corona en detrimento de las Cortes. Éstas seguían siendo bicameral si bien el Senado pasaba a estar constituidos por un número ilimitado de senadores elegidos por el rey con carácter vitalicio y se establecía la religión católica como la única y oficial, mientras que el culto y la Iglesia era mantenida por el Estado. Los ayuntamientos pasaban a estar dirigidos por alcaldes nombrados por el rey, en el caso de las capitales de provincia y los municipios con más de 2000 habitantes, o por los gobernadores civiles en el resto de los casos
             Por su parte el sufragio seguía siendo censitario si bien, éste se acentúo con la ley electoral de 1846 que al doblar los requisitos de fortuna requeridos para poder votar reducía aún más el margen de población con derechos políticos.
            También hubo reformas en la Hacienda introduciendo nuevos impuestos sobre inmuebles, cultivo y ganadería así como sobre el consumo de determinados productos (aceite de oliva, vinos, carnes,...); siendo este último impuesto especialmente rechazado por las clases populares.
           La educación también fue objeto de reforma con el conocido Plan Pidal de 1845  que organizaba el sistema educativo en tres niveles: primaria, secundaria y universidad, si bien aún la mayor parte de la población permanecía sin escolarizar y las tasas de analfabetismo seguía siendo elevadísima, especialmente en las zonas rurales.
            Se creó una Comisión Nacional de Codificación  con el objetivo de elaborar los códigos fundamentales de la Administración como el de comercio, civil, penal y de Enjuiciamiento Civil.
    El estado se centralizó y burocratizó aumentando el número de funcionarios muchos de los cuales cambiaban en función de los cambios políticos en el gobierno.

      En 1846 estalló la segunda guerra carlista (1846-1849) cuando los carlistas vieron truncados sus deseos de que Isabel II se casara con el hijo de Carlos María Isidro. Esta guerra, también conocida como "guerra de los matiners" tuvo su centro en Cataluña aunque también se extendió por otros escenarios como Toledo y Valencia y acentuó el carácter autoritario del gobierno de Narváez.
   Los gobiernos moderados buscaron, después de muchos años de desencuentros y ruptura de relaciones con la Santa Sede, un acercamiento con la Iglesia suspendiendo la venta de bienes desamortizados y devolviendo los que aún no habían sido vendidos.Esta reconciliación quedó sellada con la firma del Concordato de 1851 entre la Santa Sede y el estado español durante la presidencia de Bravo Murillo. Además mediante este concordato se reconocía  a la religió católica como la única permitida y se le daba a la Iglesia la potestad de supervisar que el sistema educativo y sus enseñanzas se ajustaban a la moral católica. Así mismo, se permitía la existencia ilimitada de órdenes religiosas. y el Estado se comprometía al sostenimiento económico de la Iglesia Católica.
    La división entre los moderados era cada vez mayor y ésta se acentuó tras la dimisión de Bravo Murillo en diciembre de 1852. A partir de ese momento se sucedieron tres gobiernos incapaces de frenar el desgaste de los moderados sobre todo a raiz de conocerse los diversos casos de corrupción en la adjudicación de las obras del ferrocarril o las contratas del puerto de Barcelona.
    Este descrédito de los gobiernos conservadores dieron alas a los progresistas que vieron su oportunidad de alcanzar el poder. Una vez más fue el ejército quién llevo a cabo la iniciativa a través de un pronunciamiento militar el 28 de junio de 1854 dirigido por los generales O,Donnel y Dulce en Vicalvaro (Madrid) por lo que se conoce con el nombre de Vicalvarada. Éste no triunfó al principio por lo que las tropas rebeldes se retiraron al sur, a Manzanares donde se unió el general  progresista Serrano que insistió en dar un giro civil al golpe de estado. Un joven Cánovas del Castillo publicó el "manifiesto de Manzanares" con una serie de peticiones progresistas tales como la creación d eun régimen más representativo, el fin de la "camarilla palaciega", la reducción de impuestos, la descentralización de los ayuntamientos o la convocatoria de unas nuevas Cortes constituyentes.
       Finalmente la reina aceptó un cambio de gobierno encargándoselo a Espartero, que regresó del exilio, con O¨Donnel como ministro de guerra. Así terminaba una década de gobiernos conservadores y se iniciaba una nueva etapa de gobiernos progresistas.

EL BIENIO PROGRESISTA (1854-1856)

       El nuevo gobierno estaba formado por Espartero, líder de los progresistas, y O´Donnel líder del partido Unión Liberal que agrupaba tanto a moderados como a progresistas.
      Las Cortes del Bienio destacaron en su labor legislativa por:
-  La elaboración de una nueva Constitución progresista (1856) que, sin embargo, no llegó a promulgarse por lo que se le suele calificar de "no nata".
-    La Ley de desamortización civil y eclesiástica (1855) promovida por el ministro Madoz. Esta desamortización fue más ambiciosa que la de 1837 pues a los bienes, no vendidos de la Iglesia, se sumaron los bienes de los Ayuntamientos. De nuevo, esta desamortización no benefició a las clases más humildes sino que, por el contrario, fue la rica burguesía la que se vió más beneficiada si bien es verdad que también participaron de la compra de bienes una mayor cantidad de pequeños propietarios con respecto a 1837. De nuevo la Ley fue seguida de levantamientos carlistas, promovidos por el clero, y la ruptura con la San Sede.
- La Ley General de Ferrocarriles (1855) que daba facilidades a la inversión de capitales extranjeros y la creación de grandes compañías ferroviarias para la construcción y explotación d elos ferrocarriles.
- La Ley de Bancos de emisión y Sociedades de Crédito (1856) buscaba favorecer la movilidad de capitales para su inversión en los ferrocarriles, una prioridad en este momento en el deseo de modernización de las comunicaciones en España.

   Una vez más el descontento social estuvo en el origen de la caída del gobierno de Espartero. La deuda pública impedía a funcionarios y militares a cobrar sus salarios mientras que se produjeron revueltas en Castilla como consecuencia del elevado coste de productos de primera necesidad. Espartero decidió  presentar su dimisión y la reina encargó a O´Donnel la formación de un nuevo gobierno y su partido de centro Unión Liberal. Sin embargo, el nuevo gobierno no contaba con el apoyo de los progresistas ni demócratas (una escisión a la izquierda de los progresistas.
    Una vez más, O´Donnel recurrió al uso de la fuerza atacando al Congreso y disolviendo las Cortes.

LOS GOBIERNOS DE LA UNIÓN LIBERAL (1856-1863)

   Esta última etapa se caracteriza por la alternancia en los gobiernos de los moderados y la Unión Liberal.
   Tras el golpe de estado O´Donnel se mantuvo en el gobierno tan sólo tres meses, aunque fue suficiente para desmantelar la labor política y legislativa del bienio: disolución de la Milicia Nacional, clausura de las Cortes y restauración de la Constitución de moderada de 1845 con un acta adicional que ampliaba levemente las libertades.
     En octubre la reina destituía a O´Donnel y era sustituido por Narváez en el poder. Éste imprimió un carácter más moderado al régimen suprimiendo el acta que había modificado levemente la Constitución de 1845, suspendió la desamortización y restableció las antiguas leyes moderadas en lo relativo a la libertad de imprenta (prensa).
    También de esta etapa se aprobó la Ley de Instrucción Pública por la cual se creaban los institutos  de secundaria y se creaban los cuerpos de catedráticos a la vez que se autorizaba a la Iglesia católica a supervisar el sistema educativo.
Se finalizaron grandes obras públicas con la construcción de los canales del Ebro y de Isabel II en 1858 y se continuaron desarrollando las comunicaciones (ferrocarril y telégrafos fundamentalmente)
    No obstante, las crisis de subsistencia, sobre todo en el campo, originaron revueltas sociales, sobre todo en Andalucía, que fueron duramente reprimidas.
  A finales de 1857 Narváez dimitía y la reina llamaba de nuevo a O´Donnel para la formación de gobierno. Este gobierno tendrá una duración excepcionalmente larga de cuatro años y medio. Optço por una política más progresista aunque respetando la Constitución de 1845 sin el acta adicional de 1854.
    La duración extraordinariamente larga de este gobierno, comparado con los rpecedentes, se debió fundamentalmente al desarrollo económico gracias a la continuación de la construcción de la línea ferroviaria, la industrialización de la industria textil catalana y al aumento de las tierras puestas en venta como consecuencia de la reanudación de la desamortización de Madoz.
    El gobierno buscó en la política exterior éxitos militares que reforzaran el apoyo popular al mismo. Así España mandó una expedición militar de castigo junto a otra francesa a la Conchinchina (Vietnam) para castigar el martirio de unos misioneros a la par que iniciaba la guerra de Marruecos (1859-1860) para afianzar la plaza de Ceuta; así como otros conflictos de menor calado en Perú, Mexico o la reincorporación de Santo Domingo entre 1861-1865.

CRISIS Y FINAL DEL REINADO DE ISABEL II (1863-1868)

     La crisis de la Unión Liberal se resolvió, una vez más con la llegada de los moderados al gobierno. Esta alternancia entre la Unión liberal y los moderados en el gobierno, a´si como las preferencias de la reina por los segundos, aumentaba el descontento de los progresistas y demócratas que se sentía imposibilitados de acceder al gobierno dentro del sistema amañado. Ello motivo que cada vez ganara mayor apoyo entre los progresista la vía conspitarativa que buscaba el derrocamiento del sistema por la fuerza.
   Ante las crisis sucesivas de los diferentes gobiernos, Isabel II recurrió una vez más al ya anciano Narváez al que  en septiembre de 1864 encargaba por sexta vez en su reinado la formación de gobierno.
   La crisis económica de 1866 provocada por motivos diversos como la crisis en los sectores siderúrgico y textil, la escasa rentabilidad del ferrocarril  y una crisis bancaria y bursátil estuvo en el origen junto a una crisis de subsistencia de  una crisis política que habría de terminar con el reinado de Isabel II.
     A ello se unió por un lado el enfrentamiento entre el nuevo Reino de Italia con España por el apoyo español a los intereses del Papado y el desprestigio de la reina por su apoyo incondicional a los moderados y la conducta privada de la reina que daba lugar a todo tipo de rumores.
      El 2 de enero de 1866 el general Prim protagonizó un pronunciamiento contra el gobierno que fracasó. Prim terminó en el exilio aunque continuó conspirando con progresistas y demócratas por derrocar el régimen. En junio del mismo año se produjo un nuevo pronunciamiento militar en el cuartel de San Gil en Madrid al que se unieron civiles que también fracasó y dio lugar a una sanguinaria represión por parte del gobierno de O´Donnell.
   En agosto de 1866 los partidos progresista y demócrata firmaron el Pacto de Ostende (Bélgica) por el que se comprometían a luchar juntos para conseguir el derrocamiento de la monarquía de Isabel II. Pocos meses después, tras la muerted e O´Donnell en noviembre de 1867,  la Unión Liberal se sumaba a dicho pacto.
   En abril de 1868 moría Narváez, el segundo pilar, junto a O´Donnel, en el que se habían apoyado los gobiernos en la última etapa del reinado de Isabel II.
    A comienzos de septiembre de 1868 se preparó un nuevo pronunciamiento que tenían que tener lugar en Cádiz. El 18 de septiembre el almirante Topete se sublevaba con la escuadra a su mando y leyó un manifiesto donde justificaba sus actos con el grito final de "¡Viva España con honra!".  En esta ocasión la revolución de septiembre, conocida como "la Gloriosa" finalizó con éxito y la reina Isabel II tuvo que exiliarse a París poniendo fin a su reinado.

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Tres de los protagonistas de la revolución de septiembre de 1868



Abdicación de Isabel II. Caricatura aparecida en la revista satírica "La Flaca"

Os dejo un esquema del reinado de Isabel II que os puede ser de utilidad:
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Fuente: http://segundobachillerato.weebly.com/6-la-conflictiva-construccioacuten-del-estado-liberal-1833-1874-estaacutendares-de-aprendizaje.html
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Os dejo la segunda parte del power point del reinado de Isabel II


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