La muerte de Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975 tras mantenerse 39 años en el poder, abría muchas incógnitas sobre el futuro de un régimen que se había modelado a la imagen de su fundador tras la muerte del mismo. Si bien, Franco había designado a Juan Carlos de Borbón como su heredero político con el título de Rey, ya en su discurso de coronación manifestó su voluntad de transformar el régimen.
El rey Juan Carlos optó por la reforma del régimen franquista para, a partir de sus leyes e instituciones desmontar dicho régimen y dar paso a un sistema democrático. Esta vía chocó con la oposición de los inmovilistas, que pretendían la continuidad del régimen, así como con la desconfianza de los partidos democráticos, opositores al franquismo e ilegales, que desconfiaban del nuevo rey al que veían como un continuador del franquismo sin Franco (el líder comunista Santiago Carrillo vaticinó, de forma errónea como demostraría la Historia, que el nuevo rey sería conocido como Juan carlos "el breve").
El rey mantuvo al frente del gobierno a Arias Navarro. Si bien Arias Navarro incorporó a su gobierno políticos de corte aperturista (Manuel Fraga, José Mª de Areilza y Antonio Garrigues) e inició algunos cambios, su carácter inmovilista lo hacía incompetente para liderar el proceso de cambios que debía de onducir a España hacia la democracia.
A lo largo de 1975 la conflictividad social aumentó como se puso de manifiesto con el aumento significativo del número de huelgas mientras que las manifestaciones en favor de la amnistía de presos políticos y exigiendo cambios políticos también se hacían cada vez más frecuente. El 3 de marzo de 1976 tuvo lugar una huelga general en Vitoria cuya represión tuvo como consecuencia 4 fallecidos y más de 100 heridos. Ello desencadenó la unidad de la oposición (la Junta Democrática, liderada por el PCE, y la Plataforma de Convergencia, liderada por el PSOE) dando lugar a la Junta de Coordinación Democrática, conocida también como la Platajunta.
A su vez, la actividad terrorista de ETA se reanudó lo que aumentaba el clima de crispación así como la exigencia de los sectores más inmovilistas del régimen de volver a una política de "mano dura" e impedir cualquier proceso aperturista.
El nombramiento de Adolfo Suárez causó una gran decepción entre la oposición y entre los sectores reformistas del franquismo al ser prácticamente un desconocido en la política y un "hombre del régimen". Sin embargo, Suárez y su gobierno demostraron inmediatamente su voluntad hacia la consecución de la democracia tomando inmediatamente medidas como la legalización del derecho a reunión, manifestación y asociación en julio de 1976 y la ley de amnistía que permitía la excarcelación de numerosos presos del franquismo. Así mismo, de manera secreta se iniciaron contactos con las centrales sindicales y reuniones con los líderes socialistas (Felipe González, líder del PSOE) y comunistas (Santiago Carrillo, líder del PCE). Adolfo Suárez pidió a los líderes de la oposición confianza y paciencia a la vez que le pedían que rebajasen el clima de crispación política y social en la calle asegurándoles que haría las reformas necesarias para la democratización del país.Por otra parte, los sectores inmovilistas del gobierno y del ejército mostraban su oposición a cualquier medida aperturista lo que llevó al presidente del gobierno a eliminar de su gabinete a los ministros más reaccionarios y sustituirlos por otros más aperturistas como el teniente general Gutiérrez Mellado, que sustituyó al teniente general Fernándo de santiago al frente del ministerio de Defensa (fundamental para controlar al ejército y evitar cualquier posible sublevación).
El deseo de Adolfo Suárez, en consonancia con la del rey juan Carlos, era desmontar el franquismo "desde dentro" a través de una serie de reformas. De esta manera, en octubre de 1976 se llevó a las Cortes la Ley de Reforma Política que fue aprobada en las Cortes en noviembre y en referéndum el 15 de diciembre de 1976. Esta ley era fundamental para iniciar el proceso de transición desde la dictadura a la democracia.
El terrorismo, tanto de ETA como de la banda terrorista de extramaizquierda GRAPO (grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre) estaba presente con atentados casi diarios contra miembros del ejército y de la guardia civil lo que aumentaba la crispación entre dichas instituciones como era visible en los funerales de las víctimas en las que los miembros del gobierno eran insultados bajo la acusación de "traidores" y gritos en favor de Franco. La situación aún se agravó más tras el asesinato de cinco abogados laboralistas del PCE en su despacho de la calle Atocha de Madrid.
A continuació os dejo un vídeo en el que se muestra como el vicepresidente del gobierno, el teniente coronel Gutiérrez Mellado y otros miembros del gobierno son insultados por simpatizantes franquistas durante el entierro de varias víctimas de ETA.
La nueva Ley de Reforma Política permitió la legalización de la mayoría de los partidos políticos que abandonaban la clandestinidad y hacía innecesaria la Platajunta. la mayoría de los partidos fueron legalizados en febrero de 1977 si bien la legalización del PCE, considerado el principal enemigo del franquismo, tuvo que esperar a 9 de abril cuando, por sorpresa en plena Semana Santa, se anunció la aprobación de un decreto-ley que lo legalizaba. Los dirigentes del PCE, y sobre todo Santiago Carrillo, quien por primera vez hizo una aparición pública tras el franquismo, se manifestaron con moderación aceptando la monarquía como forma de Estado y la bandera nacional bicolor.
A continuación os dejo el audio del anunciopor el periodista de Radio nacional de España de la legalización del PCE.
La transición hacia la democracia hacía necesaria la aprobación de una Constitución para lo cual fueron convocadas elecciones a Cortes Constituyentes. Dichas elecciones tuvieron lugar el 15 de abril de 1977 por sufragio universal directo para elegir al Congreso y Senado. Ello suponía la primera vez, desde el final de la República, en la que se celebraban elecciones democráticas con pluralidad de partidos políticos.
El proceso constituyente
Junto a la delicada situación política del país, la situación económica de España era especialmente grave lo que acentuaba la conflictividad social y laboral. la inflación había alcanzado el 24,7% en 1977 mientras que el paro aumentaba de manera significativa. Para combatirla, los partidos políticos y sindicatos llegaron a unos acuerdos denominados Pactos de la Moncloa (octubre de 1977) que aprobaban una serie de reformas económicas tales como la contención de los salarios, la devaluación de la peseta, una política monetaria restrictiva para reducir la masa monetaria en circulación, así como proceder a una reforma fiscal .
El rey mantuvo al frente del gobierno a Arias Navarro. Si bien Arias Navarro incorporó a su gobierno políticos de corte aperturista (Manuel Fraga, José Mª de Areilza y Antonio Garrigues) e inició algunos cambios, su carácter inmovilista lo hacía incompetente para liderar el proceso de cambios que debía de onducir a España hacia la democracia.
A lo largo de 1975 la conflictividad social aumentó como se puso de manifiesto con el aumento significativo del número de huelgas mientras que las manifestaciones en favor de la amnistía de presos políticos y exigiendo cambios políticos también se hacían cada vez más frecuente. El 3 de marzo de 1976 tuvo lugar una huelga general en Vitoria cuya represión tuvo como consecuencia 4 fallecidos y más de 100 heridos. Ello desencadenó la unidad de la oposición (la Junta Democrática, liderada por el PCE, y la Plataforma de Convergencia, liderada por el PSOE) dando lugar a la Junta de Coordinación Democrática, conocida también como la Platajunta.
A su vez, la actividad terrorista de ETA se reanudó lo que aumentaba el clima de crispación así como la exigencia de los sectores más inmovilistas del régimen de volver a una política de "mano dura" e impedir cualquier proceso aperturista.
Ante lo complicado de la situación, el rey Juan Carlos decidió prescindir de Arias Navarro, quien fue forzado a presentar su dimisión el 1 de julio de 1976, y sustituirlo por un hombre mucho más joven, Adolfo Suárez, que ocupaba el cargo de ministro-secretario general del movimiento.
El gobierno preconstitucional de Adolfo Suárez.
Adolfo Suárez jurando su cargo como presidente del gobierno ante el rey Juan Carlos I |
Tanto en el País Vasco como en Cataluña aumentaron las manifestaciones nacionalistas que reivindicaban la recuperación de las autonomías y derechos perdidos durante el franquismo así como, en el caso del país Vasco, de la amnistía para los presos de ETA.
El terrorismo, tanto de ETA como de la banda terrorista de extramaizquierda GRAPO (grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre) estaba presente con atentados casi diarios contra miembros del ejército y de la guardia civil lo que aumentaba la crispación entre dichas instituciones como era visible en los funerales de las víctimas en las que los miembros del gobierno eran insultados bajo la acusación de "traidores" y gritos en favor de Franco. La situación aún se agravó más tras el asesinato de cinco abogados laboralistas del PCE en su despacho de la calle Atocha de Madrid.
A continuació os dejo un vídeo en el que se muestra como el vicepresidente del gobierno, el teniente coronel Gutiérrez Mellado y otros miembros del gobierno son insultados por simpatizantes franquistas durante el entierro de varias víctimas de ETA.
La nueva Ley de Reforma Política permitió la legalización de la mayoría de los partidos políticos que abandonaban la clandestinidad y hacía innecesaria la Platajunta. la mayoría de los partidos fueron legalizados en febrero de 1977 si bien la legalización del PCE, considerado el principal enemigo del franquismo, tuvo que esperar a 9 de abril cuando, por sorpresa en plena Semana Santa, se anunció la aprobación de un decreto-ley que lo legalizaba. Los dirigentes del PCE, y sobre todo Santiago Carrillo, quien por primera vez hizo una aparición pública tras el franquismo, se manifestaron con moderación aceptando la monarquía como forma de Estado y la bandera nacional bicolor.
A continuación os dejo el audio del anunciopor el periodista de Radio nacional de España de la legalización del PCE.
La transición hacia la democracia hacía necesaria la aprobación de una Constitución para lo cual fueron convocadas elecciones a Cortes Constituyentes. Dichas elecciones tuvieron lugar el 15 de abril de 1977 por sufragio universal directo para elegir al Congreso y Senado. Ello suponía la primera vez, desde el final de la República, en la que se celebraban elecciones democráticas con pluralidad de partidos políticos.
Otros de los aspectos fundamentales que había que resolver era el de la Corona. Nombrado sucesor por Franco, el rey Juan Carlos no contaba con el apoyo de los sectores monárquicos que consideraban a su padre, don Juan, el verdadero rey al ser depositario de los derechos dinásticos heredados de su padre, el rey Alfonso XIII. Para resolver este asunto y darle toda la legitimidad al rey Juan Carlos, su padre le cedió en un acto público y oficial los derechos dinásticos.
Adolfo Suárez acudió a las elecciones al frente de Unión de Centro Democrático (UCD), una coalición de partidos de ideología democristiana, socialdemócrata y liberal. A su derecha quedaba Alianza Popular (AP), encabezada por Manuel Fraga Iribarne, donde se agruparon diversos sectores, personalidades y ex ministros de Franco de carácter conservador aunque aperturistas. A la izquierda figuraba el PSOE, bajo su líder Felipe González, el Partido Socialista Popular (PSP), dirigido por Enrique Tierno Galván, partido que terminó integrándose en el PSOE y el PCE de Santiago Carrillo. A la izquierda del PCE, como a la derecha de AP, figuraban otras agrupaciones políticas con muy pocas posibilidades electorales. Por último, en Cataluña y el País Vasco resurgieron las organizaciones nacionalistas, como el Partido Democrático de Cataluña (PDC) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Con una altísima participación que superaba el 75%, el partido UCD de Suárez fue el gran vecncedor seguido del PSOE. A pesar de haber liderado la oposición al franquismo, el PCE, al igual que el partido AP, se quedaban muy lejos de los resultados de los partidos anteriores, lo que demostraba que la mayoría de los españoles se inclinaban por opciones más moderadas. En cuanto al nacionalismo obtuvo una buena representación en Cataluña y en el País Vasco.
Adolfo Suárez acudió a las elecciones al frente de Unión de Centro Democrático (UCD), una coalición de partidos de ideología democristiana, socialdemócrata y liberal. A su derecha quedaba Alianza Popular (AP), encabezada por Manuel Fraga Iribarne, donde se agruparon diversos sectores, personalidades y ex ministros de Franco de carácter conservador aunque aperturistas. A la izquierda figuraba el PSOE, bajo su líder Felipe González, el Partido Socialista Popular (PSP), dirigido por Enrique Tierno Galván, partido que terminó integrándose en el PSOE y el PCE de Santiago Carrillo. A la izquierda del PCE, como a la derecha de AP, figuraban otras agrupaciones políticas con muy pocas posibilidades electorales. Por último, en Cataluña y el País Vasco resurgieron las organizaciones nacionalistas, como el Partido Democrático de Cataluña (PDC) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Con una altísima participación que superaba el 75%, el partido UCD de Suárez fue el gran vecncedor seguido del PSOE. A pesar de haber liderado la oposición al franquismo, el PCE, al igual que el partido AP, se quedaban muy lejos de los resultados de los partidos anteriores, lo que demostraba que la mayoría de los españoles se inclinaban por opciones más moderadas. En cuanto al nacionalismo obtuvo una buena representación en Cataluña y en el País Vasco.
El proceso constituyente
Si bien no había logrado la mayoría absoluta en las elecciones, Adolfo Suárez recibió el respaldo suficiente en el Congreso para seguir siendo presidente del gobierno, ya no designado por el rey sino elegido democráticamente. Durante estos años, predominó la denominada política de consenso, según la cual, los diferentes partidos lograron apartar sus diferencias para llegar a acuerdos que facilitaran la transición plena a la democracia.
Líderes políticos firmantes de los Pactos de la Moncloa |
Mientras se avanzaba en la política de consenso y la elaboración de una constitución el terrorismo, sobre todo de ETA aunque también de otros grupos de extrema izquierda como GRAPO , atentaban contra miembros del ejército y de la guardia civil para boicotear el proceso de transición. La creencia de que la ley de amnistía de octubre de 1977 y el fin de la dictadura supusieran el fin del terrorismo etarra no sólo quedó manifiestamente errónea sino que, todo lo contrario, el número de atentados aumentaron poniendo en peligro el avance hacia la democracia. Los asesinatos de ETA en estos años llegaron a 236 víctimas mortales entre 1975 y 1980 (65 en tan sólo en año 1978).
Otra de las cuestiones pendientes de resolver era la nacionalista. para ello, en junio de 1977 se entrevistaba Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat en el exilio, con el rey y con el presidente del gobierno.La alternativa de Suárez pasaba por esperar a que se formasen las Cortes y se aprobase la Constitución y después una ley de autonomías. Sin embargo, Tarradellas se negó y, finalmente, el 29 de septiembre de 1977 se restablecía la Generalitat y el 23 de octubre Tarradellas se presentaba en Barcelona donde era recibido en un clima de entusiasmo. También se puso en marcha un gobierno preautonómico en el País Vasco. A lo largo de 1978 se extendió a todo el territorio español el régimen preautonómico. Por tanto, el gobierno impulsó la generalización de las autonomías antes de que la Constitución estableciera la estructura territorial de España.
La Constitución de 1978
Una vez elegida las Cortes Constituyentes se hizo necesaria la elaboración de una constitución que definiera el nuevo régimen político.
6 de diciembre de 1978. El 27 de diciembre
fue sancionada por el rey ante el Congreso y Senado reunidos en sesión conjunta y entró en
vigor el 29 de diciembre de 1978.
Para su redacción se nombró una Comisión Constitucional
integrada por siete miembros representantes de los principales partidos políticos
que obtuvieron escaños en las elecciones, tanto de derechas como de izquierdas en un intento de que el nuevo texto constitucional, a diferencia de los que se habían sucedido a lo largo de la Historia de España, fuera consensuada y no reflejasen sólo el ideario de una única fuerza política. Esta diversidad ideológica entre los "padres de la constitución" obligaba a tener una actitud de consenso y dialogo así como elaborar una constitución lo suficientemente ambigua y abierta que permitiera luego a los diferentes partidos, a través de su actividad legisladora, desarrollar sus principios en forma de leyes. Aprobado el texto por los plenos de
las cámaras del Congreso y del Senado el 31 de octubre de 1978, fue sometida a
referéndum y aprobada por mayoría abrumadora el 6 de diciembre de 1978.El 27 de diciembre fue sancionada por el rey ante el Congreso y Senado reunidos en sesión conjunta y entró en vigor el 29 de diciembre de 1978.
Los llamados "padres de la Constitución" |
El rey Juan Carlos I firmando la Constitución |
La constitución del 78 es considerada como una de las más progresistas Título Preliminar un
conjunto de principios y valores que vienen a definir a España como un “Estado social y
democrático de derecho”, en consecuencia, se fija el sometimiento de todos los poderes del
Estado a la legalidad (se establece el llamado Estado de Derecho). Establece que la “soberanía nacional
reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”; indica que la forma
política del Estado español “es la monarquía parlamentaria” y por último, hace saber que el
Estado se fundamenta en la “indisoluble unidad de la nación española” pero reconoce y
garantiza el derecho a la autonomía de “nacionalidades” y regiones.
La Constitución de 1978 reconoce y garantiza todas las libertades democráticas; abolía la pena muerte y fijaba la mayoría de edad en los 18 años. Respecto a la cuestión religiosa no reconoce religión estatal,
lo que significa que el estado se declara aconfesional, pero declara que el Estado ha de tener en cuenta las “creencias religiosas de
la sociedad española y el significado de la Iglesia católica en España”. Garantiza la libertad
de enseñanza, la libertad de empresa, la economía de mercado y, entre otros, el derecho a
huelga y a la educación.
ya que los poderes públicos pueden dar un contenido avanzado a estos preceptos sin necesidad de recurrir a la reforma constitucional. La Constitución de 1978 consta de 169 artículos y recoge en su
ya que los poderes públicos pueden dar un contenido avanzado a estos preceptos sin necesidad de recurrir a la reforma constitucional. La Constitución de 1978 consta de 169 artículos y recoge en su
Jefatura del Estado: España queda definida pro la Constitución de 1978 como una monarquía parlamentaria en la que el rey desempeña la Jefatura del Estado y el mando supremo de las Fuerzas Armadas,
su cargo es vitalicio y la corona hereditaria. Ejerce la representación simbólica y protocolaria
del Estado, sanciona las leyes aprobadas por las Cortes y tiene un poder moderador del sistema
político.
Poderes del Estado: La Constitución reconoce la separación e independencia de los tres poderes. El poder
legislativo reside en las Cortes Generales, que están formadas por dos cámaras: el Congreso
de los Diputados y el Senado, elegidas por sufragio universal directo. El poder ejecutivo es
responsabilidad del gobierno, que se compone del presidente, los vicepresidentes y los ministros. El presidente del gobierno es elegido por el Congreso de los Diputados a propuesta
del rey. Por otro lado, la acción del gobierno está sometida al control de las Cortes. El poder
judicial, por su parte, corresponde a jueces y magistrados, sometidos al Tribunal Supremo
y al Tribunal Constitucional que se ocupa de controlar la constitucionalidad de las leyes así como de resolver los posibles conflictos de competencias entre las normas aprobadas por los parlamentos de
las Comunidades autónomas y las normativas del Estado.
Organización territorial de España: La Constitución quiso dar respuesta, a través de las autonomías, a la reivindicación histórica que el nacionalismo
vasco y catalán habían venido demandando desde finales del siglo XIX. La Constitución declara,
en efecto, que España está integrada por diversas “nacionalidades” (se sobreentendió que eran
el País Vasco, Cataluña y Galicia). Si bien en un primer momento se pensó sólo en las denominadas "nacionalidades históricas" finalmente se optó por dividir España en diferentes comunidades agrupadas en función de sus peculiaridades regionales que divididas en comunidades autonómicas asumían determinadas funciones y competencias que aparecen descritas en sus respectivos
Estatutos de autonomía. En la forma de acceso a dichas autonomías se diferenció entre las denominadas "comunidades históricas", aquellas que ya gozaban de dicho autogobierno durante la República o que estaban en pleno proceso de conseguirlo cuando estalló la guerra civil y el resto de comunidades. Las comunidades "históricas" (Cataluña. País Vasco y Galicia) accedieron al autogobierno por la llamada "vía rápida" (artículo 151) mientras que el resto de los territorios lo hicieron por la denominada "vía lenta" (aplicando el artículo 143 de la constitución). Navarra por su parte siguió un camino propio al tener un régimen foral. Cumplido el proceso
de organización territorial, España cuenta con 17 Comunidades y dos ciudades autónomas
(Ceuta y Melilla).
Ley electoral: La constitución establece el sufragio universal y estableció el llamado sistema D'Hont .Este sistema se trata de un sistema de reparto proporcional entre e número de votos y el de escaños a repartir (350 en el caso del Congreso). Para ello, España queda dividida en 52 circunscripciones, cada una de ellas con dos escaños garantizados, excepto en el caso de Ceuta y Melilla que es uno. Los 248 escaños restantes se asignan de manera proporcional a la población lo que permite que las circunscripciones más pobladas (Madrid, Barcelona y Valencia) sean las que tienen más escaños si bien en las circunscripciones más pobladas hace falta un mayor número de votos para conseguir un escaño que en las menos pobladas como por ejemplo el hecho de que en Soria se consigue un escaño con tan sólo 26.105 votos mientras que en Madrid se necesitan más de 100.000 votos para obtener un escaño.Así mismo, un partido que se presente en diversas circunscripciones puede con el mismo número un número superior de votos totales no obtener escaños frente a otro partido, por ejemplo los nacionalistas, que concentran su voto en unas pocas circunscripciones. Este sistema ha beneficiado históricamente a los partidos nacionalistas al contar con un número suficiente de escaños para tener la llave de la gobernabilidad con diferentes gobiernos, tanto del PSOE como del Partido Popular, a lo largo de la historia reciente de España lo que, ha provocado la crítica de otros partidos al considerar que el sistema les perjudica.
Reforma constitucional:en la Constitución española, la posibilidad de la reforma está abierta
incluso para los aspectos más relevantes del sistema constitucional. En cuanto al momento de la reforma, la Constitución prohíbe que una reforma
constitucional pueda iniciarse «en tiempo de guerra o de vigencia de alguno de los
estados previstos en el art. 166». El constituyente ha considerado que la reforma
de la Constitución, sea cual sea su alcance, tiene o puede tener la suficiente
trascendencia para el sistema constitucional como para que deba efectuarse en
situación de normalidad política, al objeto de impedir que reacciones emocionales
puedan alterar las decisiones.
Los primeros gobiernos constitucionales (1979-1982)
Una vez aprobada la Constitución se hacía necesaria la disolución de las Cortes constituyentes y la convocatoria de elecciones generales. Éstas fueron convocadas para marzo de 1979. El partido UCD volvió a ganar siendo de nuevo Adolfo Suárez elegido presidente del gobierno; mientras que el PSOE se convertía en la fuerza más votada seguida del PCE.
Ese mismo año fueron aprobados los primeros estatutos de autonomía, los de de Cataluña y del País Vasco al ser consideradas nacionalidades históricas. Sin embargo, una vez que ya se consideraba asegurada la democracia, el clima de consenso de la etapa preconstitucional se rompió y comenzó una lucha política entre el partido en el gobierno y los partidos en la oposición. El primer motivo de enfretamiento entre el gobierno y el PSOE llegó a raíz del estatuto de autonomía de Andalucía; pues mientras que el primero quería que se realizara como la mayoría de las comunidades por el artículo 143 ("la vía lenta") el PSOE apoyaba que Andalucía recibiera el mismo trato que las comunidades "históricas" y se convirtiera en autonomía por la "vía rápida" (artículo 148).
En marzo de 1980 se celebraron elecciones autonómicas en el País Vasco y en Cataluña, que dieron el triunfo a los nacionalistas en los dos casos: Convergencia i Unió (CiU), con Jordi Pujol a la cabeza en Cataluña y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el País Vasco, mientras, la UCD recibía un fuerte varapalo al perder la mitad de los votos conseguidos en 1979. Sin embargo, los problemas principales de Suárez no venían de la oposición o de los fracasos electorales, venían del interior de su propio partido. La UCD era una coalición no suficientemente cohesionada donde cada líder de un sector intentaba hacer valer sus ideas, por tanto, los principales “barones” obstaculizaban continuamente la labor del presidente que veía como sus apoyos se reducían en el interior de la UCD. Mientras tanto, el PSOE, que veía como ganaba en aceptación popular, decidió practicar una política firme y dura contra el gobierno. En mayo de 1980, además, Felipe González presentó una moción de censura al gobierno que, aunque no triunfó le dio más popularidad presentándole ante los ciudadanos como la alternativa a Adolfo Suárez ya la UCD. Con la crisis interna en su partido y el cuestionamiento de su liderazgo, Adolfo Suárez presentó su dimisión el 29 de enero de 1981. El rey designó a Leopoldo Calvo Sotelo como candidato a la presidencia. La segunda ronda para su investidura como presidente del gobierno quedó fijada para el día 23 de febrero.
En el Ejército había sectores contrarios al proceso democrático y los ánimos estaban muy crispados ante la escalada terrorista de ETA, la aprobación de los estatutos de autonomía y la reforma de Ejército.Esta situación originó que entre una parte del ejército se acogiese la idea de un nuevo golpe de Estado para detener el proceso democrático en España. El método elegido recordaba a los pronunciamientos militares del siglo XIX y el momento elegido fue la sesión de investidura del nuevo presidente del gobierno; momento en el todo los miembros del parlamento, gobierno incluido, se encontraba e el Congreso de los Diputados. Poco después de las seis de la tarde del 23 de febrero de 1981, mientras se estaba realizando en el Congreso de los Diputados la votación de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor de Suárez en la presidencia del gobierno, guardias civiles armados al mando del teniente coronel Antonio Tejero se apoderaban del Congreso de los Diputados y del gobierno. Paralelamente, el capitán general de la región militar de Valencia, el general Milans del Bosch, declaró el Estado de guerra y ordenó, como medida disuasoria, salir los tanques a las calles en Valencia. También, la División Acorazada Brunete (Madrid) ocupaba las estaciones de radio y televisión de la capital. Sin embargo el golpe militar fracasó como consecuencia del escaso apoyo recibido entre el ejército sobre todo al conocerse que el rey Juan Carlos, a diferencia de la actuación de su abuelo el rey Alfonso XIII, no lo respaldaba. Como jefe de las Fuerzas Armadas, el rey Juan Carlos, con la ayuda de los miembros del Estado Mayor de los ejércitos, contactó con todas las regiones militares para que se mantuviera la disciplina militar y la defensa de la legalidad. A la 1.15 de la madrugada del día 24, el rey Juan Carlos anunció en televisión que el golpe había fracasado. A primeras horas de la mañana del día 24 los diputados eran liberados y los golpistas detenidos, En los días sucesivos millones de personas salieron a las calles en favor de la libertad en las gigantescas manifestaciones que, contra el golpe, se celebraron en las ciudades españolas.
A continuación os dejo dos vídeos relacionados con el intento del Golpe de Estado. El primero muestra el asalto al Congreso de los Diputados la tarde del 23 de febrero de 1981.
El segundo vídeo muestra el discurso del rey Juan Carlos I anunciando las medidas tomadas por la Corona para impedir el triunfo del golpe de Estado..
Dos días después del golpe, Calvo Sotelo era nombrado presidente de un gobierno que duraría año y medio y que estaría presidido por las disensiones internas en el seno de la UCD. No obstante, el intento de golpe de Estado contribuyó a rebajar la tensión política. Durante el breve periodo de tiempo del gobierno de Calvo Sotelo se tomaron importantes iniciativas legislativas como la aprobación de la ley del divorcio (junio de 1981). En julio de 1982 el gobierno y el PSOE acordaron unos “pactos autonómicos” para racionalizar el proceso autonómico aprobando, con ese fin, la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) que permitieron la aprobación de la mayoría de los Estatutos de autonomía (menos Extremadura, Baleares, Castilla y León y Madrid que se aprobarían en 1983).
Otra medida de gran alcance fue la decisión del gobierno de la entrada de España en la OTAN (mayo de 1982) que chocó con un fuerte rechazo social, especialmente entre las fuerzas de izquierdas incluido el PSOE que reclamaba la celebración de un referéndum sobre esta cuestión.
Mientras, el grupo parlamentario de la UCD se fragmentaba. Entre 1981 y1982
abandonan la UCD los socialdemócratas, un sector democristiano y el mismo Adolfo Suárez,
que creó su propio partido: Centro Democrático y Social (CDS). En la izquierda, en concreto
en el PCE también existían enfrentamientos y divisiones con el
PSUC, partido comunista catalán, y el PC de Euskadi. En contraste, el PSOE ofrecía una
imagen de unidad en torno a su líder, Felipe González.
En este contexto, Calvo Sotelo, que estaba viendo cómo se rompía su partido, no tenía
más remedio que convocar elecciones anticipadas, celebradas el 28 de octubre de 1982, que
supusieron un formidable triunfo del PSOE con 10 millones de votos y 202 escaños, 80 más
que en 1979. La llegada al gobierno del PSOE, por lo tanto de un partido de
izquierda, dentro de la normalidad democrática se considera el capítulo con el que se cierra la transición española y se inaugura la etapa ya plenamente democrática y constitucional de la Historia de España. El Partido Socialista estaría en el poder hasta 1996.
Los primeros gobiernos constitucionales (1979-1982)
Una vez aprobada la Constitución se hacía necesaria la disolución de las Cortes constituyentes y la convocatoria de elecciones generales. Éstas fueron convocadas para marzo de 1979. El partido UCD volvió a ganar siendo de nuevo Adolfo Suárez elegido presidente del gobierno; mientras que el PSOE se convertía en la fuerza más votada seguida del PCE.
Ese mismo año fueron aprobados los primeros estatutos de autonomía, los de de Cataluña y del País Vasco al ser consideradas nacionalidades históricas. Sin embargo, una vez que ya se consideraba asegurada la democracia, el clima de consenso de la etapa preconstitucional se rompió y comenzó una lucha política entre el partido en el gobierno y los partidos en la oposición. El primer motivo de enfretamiento entre el gobierno y el PSOE llegó a raíz del estatuto de autonomía de Andalucía; pues mientras que el primero quería que se realizara como la mayoría de las comunidades por el artículo 143 ("la vía lenta") el PSOE apoyaba que Andalucía recibiera el mismo trato que las comunidades "históricas" y se convirtiera en autonomía por la "vía rápida" (artículo 148).
En marzo de 1980 se celebraron elecciones autonómicas en el País Vasco y en Cataluña, que dieron el triunfo a los nacionalistas en los dos casos: Convergencia i Unió (CiU), con Jordi Pujol a la cabeza en Cataluña y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el País Vasco, mientras, la UCD recibía un fuerte varapalo al perder la mitad de los votos conseguidos en 1979. Sin embargo, los problemas principales de Suárez no venían de la oposición o de los fracasos electorales, venían del interior de su propio partido. La UCD era una coalición no suficientemente cohesionada donde cada líder de un sector intentaba hacer valer sus ideas, por tanto, los principales “barones” obstaculizaban continuamente la labor del presidente que veía como sus apoyos se reducían en el interior de la UCD. Mientras tanto, el PSOE, que veía como ganaba en aceptación popular, decidió practicar una política firme y dura contra el gobierno. En mayo de 1980, además, Felipe González presentó una moción de censura al gobierno que, aunque no triunfó le dio más popularidad presentándole ante los ciudadanos como la alternativa a Adolfo Suárez ya la UCD. Con la crisis interna en su partido y el cuestionamiento de su liderazgo, Adolfo Suárez presentó su dimisión el 29 de enero de 1981. El rey designó a Leopoldo Calvo Sotelo como candidato a la presidencia. La segunda ronda para su investidura como presidente del gobierno quedó fijada para el día 23 de febrero.
En el Ejército había sectores contrarios al proceso democrático y los ánimos estaban muy crispados ante la escalada terrorista de ETA, la aprobación de los estatutos de autonomía y la reforma de Ejército.Esta situación originó que entre una parte del ejército se acogiese la idea de un nuevo golpe de Estado para detener el proceso democrático en España. El método elegido recordaba a los pronunciamientos militares del siglo XIX y el momento elegido fue la sesión de investidura del nuevo presidente del gobierno; momento en el todo los miembros del parlamento, gobierno incluido, se encontraba e el Congreso de los Diputados. Poco después de las seis de la tarde del 23 de febrero de 1981, mientras se estaba realizando en el Congreso de los Diputados la votación de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor de Suárez en la presidencia del gobierno, guardias civiles armados al mando del teniente coronel Antonio Tejero se apoderaban del Congreso de los Diputados y del gobierno. Paralelamente, el capitán general de la región militar de Valencia, el general Milans del Bosch, declaró el Estado de guerra y ordenó, como medida disuasoria, salir los tanques a las calles en Valencia. También, la División Acorazada Brunete (Madrid) ocupaba las estaciones de radio y televisión de la capital. Sin embargo el golpe militar fracasó como consecuencia del escaso apoyo recibido entre el ejército sobre todo al conocerse que el rey Juan Carlos, a diferencia de la actuación de su abuelo el rey Alfonso XIII, no lo respaldaba. Como jefe de las Fuerzas Armadas, el rey Juan Carlos, con la ayuda de los miembros del Estado Mayor de los ejércitos, contactó con todas las regiones militares para que se mantuviera la disciplina militar y la defensa de la legalidad. A la 1.15 de la madrugada del día 24, el rey Juan Carlos anunció en televisión que el golpe había fracasado. A primeras horas de la mañana del día 24 los diputados eran liberados y los golpistas detenidos, En los días sucesivos millones de personas salieron a las calles en favor de la libertad en las gigantescas manifestaciones que, contra el golpe, se celebraron en las ciudades españolas.
A continuación os dejo dos vídeos relacionados con el intento del Golpe de Estado. El primero muestra el asalto al Congreso de los Diputados la tarde del 23 de febrero de 1981.
El segundo vídeo muestra el discurso del rey Juan Carlos I anunciando las medidas tomadas por la Corona para impedir el triunfo del golpe de Estado..
Dos días después del golpe, Calvo Sotelo era nombrado presidente de un gobierno que duraría año y medio y que estaría presidido por las disensiones internas en el seno de la UCD. No obstante, el intento de golpe de Estado contribuyó a rebajar la tensión política. Durante el breve periodo de tiempo del gobierno de Calvo Sotelo se tomaron importantes iniciativas legislativas como la aprobación de la ley del divorcio (junio de 1981). En julio de 1982 el gobierno y el PSOE acordaron unos “pactos autonómicos” para racionalizar el proceso autonómico aprobando, con ese fin, la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) que permitieron la aprobación de la mayoría de los Estatutos de autonomía (menos Extremadura, Baleares, Castilla y León y Madrid que se aprobarían en 1983).
Otra medida de gran alcance fue la decisión del gobierno de la entrada de España en la OTAN (mayo de 1982) que chocó con un fuerte rechazo social, especialmente entre las fuerzas de izquierdas incluido el PSOE que reclamaba la celebración de un referéndum sobre esta cuestión.
Los líderes del PSOE Felipez González y Alfonso Guerra celebran desde una ventana del Hotel Palace de Madrid la victoria del PSOE en octubre de 1982. |
izquierda, dentro de la normalidad democrática se considera el capítulo con el que se cierra la transición española y se inaugura la etapa ya plenamente democrática y constitucional de la Historia de España. El Partido Socialista estaría en el poder hasta 1996.